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PROTOFEMINISMOS. SEXO, VIOLENCIA Y LENGUAJE INAPROPIADO EN LA MITOLOGÍA GRECOLATINA.
La mayor parte de los textos en este libro cuyo título no sólo es un disparate (el feminismo no existe en el mundo antiguo y punto…), sino una provocación (… pero sin el estudio de obras como Medea de Eurípides no podría haber arribado a las conclusiones y desarrollos posteriores, por ejemplo, para realizar las críticas al mundo moderno contemporáneo que en la actualidad me encuentran) tal vez no correspondan a mis marcos teóricos, mis paradigmas epistémicos, mis formas de pensar y vivir actuales, no obstante, gracias al conocimiento de la literatura clásica, se me hizo palpable la contingencia del mundo y la historia, donde el fin del heterocapitalismo no sólo es posible, sino ineluctable. Ni la literatura latina ni la griega les pertenecen a las rancias elites en cuyas manos se encuentran hoy. El latín y el griego son para todo el mundo, detrás de las historias no enseñadas en los claustros académicos, se encuentran tanto las mujeres escitas como una relectura insoslayable de figuras como Cassandra, Antígona, Andrómaca o Penélope que nos permite entender que tal vez no todo tiempo pasado fue mejor, pero que la creencia de que hoy estamos mejor que antes es una mentira que se sostiene en los mitos de la modernidad (avance, ciencia, progreso, capitalismo) para perpetuar el exterminio lato sensu.
Reseña de Felipe Nicastro de literatura_mal_y_pronto
Describir el funcionamiento general de este libro requiere cierta sutileza porque, si bien en él se recopilan una serie de artículos y clases sobre literatura y mitología Antigua, el modo en que Silvestri lee y traduce esos textos clásicos no tiene una impronta museística como suelen tener los libros de los especialistas académicxs. Sin embargo, tampoco sería justo decir que su
lectura es “moderna” sin más, ya que una de las premisas fundamentales que atraviesan las casi 300 páginas del libro es la de no ceder a la facilidad de los anacronismos que proyectan las categorías mentales o estructuras sociales contemporáneas sobre los mitos grecolatinos. Para la autora se trata, más bien, de un doble movimiento: por un lado, comprender las condiciones de producción y circulación de esos textos en sus respectivas épocas con el objetivo de reponer las discusiones en las que emergieron y los interlocutores a los que buscaron interpelar; y, por otro lado, actualizar la escucha de lo que estos mitos pueden seguir diciéndonos a nosotrxs, así como encontrarles nuevos usos para nuestras luchas. De allí ese título que ya en el prólogo se desarma y se revela como provocación: no hay feminismos en la Antigüedad, ¿pero podríamos pensar nuestros feminismos sin Safo, MEDEA de Eurípides o ANTÍGONA de Sófocles?
De cara a esta paradoja (que ha sido una Medusa teórica para muchxs), Silvestri avanza por el laberinto de la mitología grecolatina con una escritura que busca abrir el juego a lectorxs no-especializadxs en el tema. El gran mérito del libro, para mí, es que logra navegar por esa fina línea que le permite esquivar tanto a la Escila de la divulgación como a la Caribdis de la falta de rigurosidad metodológica. Y, si me permiten una referencia más, creo que con este libro Leo hace algo parecido a lo que Aracne le hizo a Atenea: frente a las pasiones tristes del teje-maneje académico elitista, Silvestri responde con el entramado de una red de vínculos de interdependencia alegre.